En el afán de salvaguardar la integridad del cuerpo y la mente hay una serie de consejos que deben respetarse al pie de la letra. De lo contrario el individuo corre el peligro de partir de su hogar pero nunca volver, puesto que la muerte lo cobijará con un velo oscuro cuyo bordado dice en letras mayúsculas “IRRESPONSABILIDAD”. En la travesía está permitida la triada sagrada de sexo, drogas y rock sabiendo que ése es uno de los objetivos principales de viajar, sólo debe existir la consciencia plena entre la “sana diversión” y la sobredosis.

Para ejemplificar los límites existe el llamado “Segundo verano del amor”. Un par de jóvenes ingleses amantes de la música viajaron a Ibiza en las vacaciones de 1986; inesperadamente se encontraron con un lugar sin restricciones donde el principal atractivo era consumir éxtasis y bailar durante toda la noche al ritmo de acid tracks. Ellos nunca habían visto en acción al MDMA pero se entregaron a él y a la orgía bajo el manto estelar. ¿Les pasó algo malo? Por supuesto que no. De hecho, quedaron tan encantados con la experiencia que llevaron las drogas a su país y desencadenaron la escena del acid house británico.



Así demostraron que durante los viajes hay que dejarse llevar siempre teniendo en cuenta qué tan delgada es la línea entre la libertad sana y los excesos mortales. Para que todo salga perfecto considera las siguientes recomendaciones.

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¿Drogas en un viaje?




La historia ha demostrado que algunas drogas son amigables. Por ejemplo, la marihuana y el LSD, cuyos efectos recaen en los sentidos y no en la consciencia. Puedes estar fumando durante todo el viaje y no hay mucho peligro (claro, ya eres un tipo experimentado). El ácido quizá sea para seres maduros los cuales pueden diferenciar entre la realidad y una alucinación. Ambas drogas fueron usadas por muchos durante la década de los 60 y 70 sin mayor repercusión. 

El problema de la hierba es que a veces huele demasiado y puede ser percibida casi de inmediato. Por ningún motivo vayas a transportarla en avión porque las medidas de seguridad en estos lugares son extremas. Aunque en los autobuses es más sencillo, nunca te confíes. Por su parte el LSD a la vista de los mortales y los rayos X es simple papel. Guardarlo en la cartera o un libro será suficiente. 

El MDMA, también conocido como éxtasis, tacha, rueda, dulce o simplemente M, es el mejor aliado para las noches de fiestas o raves. Una dosis te hará bailar durante seis u ocho horas, sólo contempla que con la actividad física y el intenso sudor tu cuerpo se deshidratará de manera abrupta así que debes tomar grandes cantidades de agua. Con beber 750 ml por cada hora bastará y podrás divertirte sin preocupación. Combinarlo con excesivo alcohol es un error pues ocasionará una doble deshidratación y sobrecarga al riñón. Comienza bebiendo de manera moderada, cuando ya estés ‘entonado’ detén el consumo de bebidas alcohólicas y échate una tacha para disfrutar el baile. 

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¿Sexo casual con extranjeros?



En 2013 se realizó una encuesta a los mochileros británicos sobre sus hábitos sexuales al viajar. El 37 % de los hombres dicen que no usan condón u otro anticonceptivo incluso al tener sexo con personas desconocidas. ¿Hay algo malo con eso? Estamos en la era de las bacterias y los virus con férrea resistencia. De este modo, además de correr un alto riesgo de contraer una ETS, cabe la posibilidad de contraer Zika o gonorrea resistente a los antibióticos. El resultado sería una muerte a corto plazo.

Por extraño que parezca las drogas son menos dañinas que tener sexo con un desconocido. La cuestión no es dejar de tener encuentros ocasionales, sino cargar con un paquete familiar de condones. Y cuando lo vayas a hacer siempre recuerda que los lugares públicos no son la opción. Quizás en México los problemas se resuelven con dinero, pero las leyes en otros países pueden ser más rígidas. Lo mejor es estar siempre fuera de peligro y cumplir los reglamentos de los lugares, de lo contrario terminarás encarcelado, deportado y sin sexo.

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¿Que tan barato es conocer los lugares culturales?



En México es relativamente barato entrar a museos. Con credencial de estudiantes es gratis y el precio más caro oscila entre 50 y 120 pesos. En cambio en el extranjero, específicamente en Europa, entre más espectacular sea el recinto más euros vale. El consejo que nadie se atreve a decir es que ahorres al menos 250 euros para disfrutar medianamente bien París, Barcelona o Londres. 



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¿Cuál es la mejor forma de viajar? 



Si no cuentas con mucho dinero, tendrás que perderle el miedo al “autostop”. El aventón es común en algunos lugares de Europa y podría ser una buena manera de ahorrarte unos cuantos euros. No olvides tener mucho cuidado y leer esta pequeña guía sobre este medio de transporte. Otra forma de viajar por los países europeos es compartiendo coche, no es gratis, pero ahorrarás bastante. En la página Bla Bla Car encontrarás toda la información que necesitas.